Apocalipsis del Señor en el Espíritu

Apocalipsis del Señor en el Espíritu

TESTIGOS: Candeleros Ungidos delante del Señor

Autor: Julián Villegas Martinez


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PROLOGO 

1Juan 1: 10; 1Pe 2: 9; Ef 2: 11-16; Juan 3: 14-21 

Este documento se escribe para destacar la importancia de los testigos, los cuales no solo deben ver sino dar testimonio de lo que han visto. En el reino de Dios esto es de suma importancia pues él es luz y no hay ninguna tiniebla en él. Entonces, los que le han visto y han sido iluminados por él deben darlo a conocer a otros para que de esa manera el reino de la luz se extienda hasta llenarlo todo. Y esto era precisamente lo que el apóstol Juan escribía al principio de su primera carta cuando dijo: 

“Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos referente al Verbo de vida, la vida que se ha manifestado y que nosotros hemos visto y de la que damos testimonio es la que nosotros les anunciamos a ustedes: la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos ha manifestado. Así que, lo que hemos visto y oído es lo que les anunciamos a ustedes, para que también ustedes tengan comunión con nosotros. Porque nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo”. 

Entonces lo que Juan destaca como testigo fiel es la comunión que ellos (los apóstoles) han llegado a tener con el Padre y con su Hijo Jesucristo, comunión a la cual también invita para que todos la puedan tener. Y ese es el testimonio de los testigos que verdaderamente han visto a Dios y han sido iluminados, y es ver la comunión que el Padre tiene con el Hijo, y esta luz es lo que les lleva a tener comunión unos con otros. Pero a este testimonio le añade algo sumamente importante sin lo cual jamás se podría tener comunión con Dios y es que la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado. Por lo tanto, nadie podrá estar parado delante de Dios a menos que reconozca que siendo un pecador no puede tener comunión con Dios; pero también debe saber que si confiesa sus pecados, aquel que es fiel y justo le puede perdonar y limpiar de toda maldad a fin de que pueda no solo tener comunión con el Padre y con el Hijo sino con aquellos que serán sus hermanos en la fe. 

En este asunto de ser testigo fiel hay que destacar dos cosas que ellos deben saber y la primera es la separación que Dios estableció al principio entre judíos y gentiles. En esta justa separación los judíos eran el pueblo que Dios había apartado para sí y los gentiles eran abominación y por eso con ellos los judíos ni aun comer. Los judíos conocían las leyes de Dios y adoraban en el templo según lo mandado por Moisés; en cambio los gentiles que no conocían a Dios tenían su relación con los ídolos (demonios) a quienes sacrificaban. Entonces, el pecado (no perdonado) de los gentiles era una barrera que impedía que judíos y gentiles comieran en la misma mesa. La segunda cosa a saber es que la cruz del calvario destruyo de una vez y para siempre la barrera que la ley de Moisés imponía para que tanto judíos como gentiles, al reconocer a Jesucristo como el salvador de todos los pueblos, pudieran tener comunión y alabar juntos a Dios. Y este es el testimonio de los testigos: que de los dos pueblos, Dios, por la sangre de su Hijo Jesucristo, ha hecho uno solo. 

EL PRINCIPIO 

Isaías 14: 12-14; Ezequiel 28: 12-19 

Comenzaremos diciendo que Dios tiene un extenso reino en los cielos que fue afectado por la rebelión de un querubín protector. Este tenía una altísima posición que le había sido dada para conocer y luego dar a conocer, según lo visto, la gloria de su creador. Su encargo era muy importante pues debía acercarse para ver y oír, y de esta manera ser revestido de gloria la cual debería dar a conocer a todas las demás creaturas celestiales. Su vestidura resplandecía con el brillo de 10 piedras preciosas en las que se reflejaba la gloria de Dios. De esta manera este mensajero iba y venía y el vasto reino de Dios en los cielos glorificaba a su creador; y así fue hasta que concibió en su corazón una idea que afectaría todo. Quizás comenzó cuando algunos ángeles al admirar su esplendor le hicieron pensar y así concebir que con la gloria obtenida podría reinar sobre todos los hijos de Dios. Las contrataciones no se tardaron; y en este trabajo de iniquidad el asignaría posiciones altas a los ángeles que le siguieran. Cuando obtuvo un buen número de seguidores confronto el trono de Dios en la asamblea celestial. Tal vez pensó que todos los ángeles estarían de su lado, pero pronto se dio cuenta que solo una tercera parte de ellos le seguía; allí sus pretensiones y la de los demás rebeldes quedaron expuestas a la luz de los demás y deberían ser condenados. 

CAOS 

Gen 1: 1; Job 38: 4-7; 

La rebelión de Lucero y de los ángeles que le siguieron afecto todo al punto que la tierra llego a estar desordenada y vacía. Y es de esperarse pues los ángeles tenían asignaciones sobre cada lugar del universo para mantener en orden la creación de Dios. El poder asignado a estos ángeles era tal que ellos mantenían en su lugar a cada estrella para que los planetas asignados a ellas se mantuvieran girando en su debida orbita y así dar gloria a su creador. El orden y la belleza de la creación era el resultado de la sujeción a Dios, pero la insujeción de uno de los ángeles escogidos afecto todo el universo al punto que los cielos y la tierra bajo ellos fueron conmovidos. 

ORDENACION 

Génesis 1: 1-31; Juan 1: 1-5 

Después del caos ocasionado por la revuelta en los cielos, Dios trata con la situación al comenzar estableciendo la luz y de esta manera ordenar un periodo de 24 horas el cual separo en dos; al periodo de luz llamo día y al periodo de tinieblas llamo noche. Es así que el primer día separo la luz de las tinieblas; el segundo día separo las aguas que llenaban la tierra dejando unas abajo y otras arriba en la cúpula del firmamento llamando a estas cielos; el tercer día reunió las aguas que estaban inundándolo todo en un lugar para así establecer lo seco y de esta manera hace otra separación; A las aguas que quedaron en su lugar llamo mares y a lo seco llamo tierra. Es de anotar que la obra de los tres primeros días fue la de separar unas cosas de las otras para que sobre estas cosas ya separadas y definidas el pudiera establecer lo nuevo. Entonces en el tercer día, ya teniendo la tierra en su debido lugar hablo diciendo: «¡Que produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla, y árboles frutales sobre la tierra que den fruto según su género, y cuya semilla esté en ellos!» y este llego a ser el reino vegetal. 

Al cuarto día Dios hablo diciendo «¡Que haya lumbreras en la bóveda celeste, para que separen el día de la noche y sirvan de señales para las estaciones, los días y los años! ¡Que sirvan de lumbreras en la bóveda celeste, y que alumbren sobre la tierra!» Y este sería el reino celestial que dominarían los ángeles. Es importante anotar que fue solo hasta el cuarto día que Dios establece las lumbreras como son el sol la luna y las estrellas en la bóveda celeste. En este ordenamiento no se establecen los cielos primero y luego la tierra sino que partiendo de lo que hace en el primer día establece todo lo demás. En eso vemos un orden donde algunas cosas van primero y otras después y la LUZ fue lo primero que Dios estableció; pero esa no era la luz del sol ni de la luna ni de las estrellas, no, esa era la luz de Cristo quien reina sobre todo. (Juan 1: 1-5) Entonces, solo hasta que se han establecido las bases firmes es que Dios edifica sobre ellas lo demás y es así que al quinto día Dios habla diciendo: «¡Que produzcan las aguas seres vivos, y aves que vuelen sobre la tierra, por la bóveda celeste!» de esta manera Dios creó entonces los grandes monstruos marinos, y todo ser vivo que repta y que las aguas produjeron según su género, y todo animal alado según su especie a quienes les ordeno reproducirse y llenar los mares y los cielos y este sería parte del reino animal. En el sexto día dijo Dios: «¡Que produzca la tierra seres vivos según su género; y bestias, serpientes y animales terrestres según su especie!» Y así fue. Y Dios hizo animales terrestres según su género, y ganado según su género, y todo animal que repta sobre la tierra según su especie. Y esa sería la otra parte del reino animal. 

Como se podrá ver en este orden de cosas solo hasta que estos tres reinos quedaron establecidos dijo Dios: «¡Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza! ¡Que domine en toda la tierra sobre los peces del mar, sobre las aves de los cielos y las bestias, y sobre todo animal que repta sobre la tierra!» 

Aquí hay que anotar que Dios hizo al hombre a imagen y semejanza suya y lo puso sobre todo lo que ordeno bendiciéndolos con estas palabras: «¡Reprodúzcanse, multiplíquense, y llenen la tierra! ¡Domínenla! ¡Sean los señores de los peces del mar, de las aves de los cielos, y de todos los seres que reptan sobre la tierra!» Entonces, el hombre hecho a imagen y semejanza de Dios fue puesto para dominar sobre la tierra incluidos los seres que reptan sobre ella, y es porque el trono de los cielos que fue confrontado por Lucero y los ángeles que le siguieron debía ser reivindicado por alguien que desde la tierra hiciera justicia condenando a los rebeldes. 

MANDAMIENTOS 

Gen 1: 28-30; 2: 16-17 

Después de que Dios ordena el desorden ocasionado por la rebelión angélica Dios pone al hombre sobre el trono de la tierra dándole mandamientos los cuales el debería obedecer para que las cosas se mantuvieran en su debido orden y estado. 

«¡Reprodúzcanse, multiplíquense, y llenen la tierra! ¡Domínenla! ¡Sean los señores de los peces del mar, de las aves de los cielos, y de todos los seres que reptan sobre la tierra!» «¡Miren! Les he dado toda planta que da semilla y que está sobre toda la tierra, y todo árbol que da fruto y semilla. Ellos les servirán de alimento. Para toda bestia de la tierra, y para todas las aves de los 

cielos, y para todo lo que repta sobre la tierra y que tiene vida, toda planta verde les servirá de alimento.» 

También dijo Dios: 

«Puedes comer de todo árbol del huerto, pero no debes comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, porque el día que comas de él ciertamente morirás.» Vemos pues que el hombre tenía bajo sus pies un vasto reino el cual debería labrar y cuidar y la condición para permanecer en ese lugar era la de OBEDECER los mandamientos dados. Desobedecer al comer del árbol del conocimiento del bien y del mal acarrearía no solo la muerte del gobernante sino de la extensión de todo su reino. Otra cosa a resaltar era la importancia de esa posición pues desde ella el hombre pondría a Lucero bajo los pies. 

ASTUCIA 

Gen 3: 1, 4-5; Lucas 4: 5-7 

Después de dar mandamientos, la serpiente que era la más astuta de todos los animales que Dios había creado vino a la mujer y la tentó incitándola a comer del fruto prohibido del cual comió y dio a su marido que estando junto a ella también comió. 

A partir de aquí todo, tanto en los cielos como en la tierra quedara conmovido, debilitado. La desobediencia del primer hombre ocasiono un daño no solo en los cielos sino en la tierra pues al que Dios había puesto sobre el trono de la tierra para sojuzgar le había sido infiel. Y fue de esta manera como los cimientos de la creación de Dios fueron socavados, pues Lucero al ser afirmado por el hombre, al obedecer su palabra, de alguna manera obtiene una posición celestial la cual aprovechara para reinar y dar a quien le adore posiciones de gobierno en la tierra 

ESPERANZA 

Gen 3: 14-15, 21; Dan 2: 44-45 

Sin embargo Dios, quien conocía de antemano las maquinaciones de Satanás se había provisto de un seguro que le permitiría llevar a cabo lo que se había propuesto sin llegar a ser injusto y es por ello que Dios el Señor dijo entonces a la serpiente: «Por esto que has hecho, ¡maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo! ¡Te arrastrarás sobre tu vientre, y polvo comerás todos los días de tu vida! Yo pondré enemistad entre la mujer y tú, y entre su descendencia y tu descendencia; ella te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el talón.» 

Como se puede ver, a la serpiente que se prestó como medio para hablar al hombre se la condena a ser rastrera y a comer del polvo todos los días de su vida y con eso podemos ver que los animales pueden representar a otros tal y como paso con la mula de Balaán. También podemos ver que Dios pondría enemistad entre la mujer (que representa al verdadero pueblo del Señor) y la serpiente que según Apo 12: 9 es el Diablo y Satanás. Igual pondría enemistad entre la simiente de la serpiente y la de la mujer, de donde la simiente de la mujer que es Cristo heriría la cabeza de Satanás que es el anticristo, mientras que Satanás solo le heriría en el talón. 

¿Cómo podría Dios cumplir con tal promesa si antes había dicho al hombre que moriría el día que comiera del árbol de la vida? De los animales que representan a otros Dios se proveyó de un sustituto que moriría en lugar del hombre. Y es por ello que un animal es sacrificado y desollado a fin de que sus pieles sirvan de vestimenta al hombre permitiéndole de esta manera ser justificado temporalmente hasta que el verdadero cordero tome el lugar del hombre pecador. 

CONSUMACION 

Mat 1: 1-18; Col 2: 8-15 

Pasados los siglos y en el momento justo Dios envió a su Hijo de los cielos a la tierra a tomar carne y así representar debidamente al hombre; porque este, como hombre, era el descendiente de una línea de sangre que fue preservada desde el principio para que fuera el hombre justo que pudiera no solo recuperar para el hombre el trono de la tierra sino poner la cabeza de Satanás bajo sus pies. Y es porque Jesús es el descendiente legítimo de David quien a su vez por ser de la casa de Judá es descendiente legítimo de Israel, quien a su vez es el descendiente y heredero legítimo de la herencia que Isaac recibe de su padre Abraham. Entonces Jesús no solo es el hijo legitimo del rey judío David y como tal el Mesías de Israel sino que también es hijo del gentil Abraham, y en ello puede representar genuinamente a todos los hombres a fin de darles libertad. 

Jesús es un hombre sin igual pues solo él puede reclamar el derecho al trono de David pero también el trono de los gentiles y además por ser el Hijo de Dios es el heredero legítimo de todo lo que Dios ha hecho en los cielos y en la tierra. Su autoridad es SOBRE todo y todos y llegara el día en que todos los que están en los cielos en la tierra y debajo de ella confesaran que Jesucristo es Dios y Señor para la gloria de su Padre. 

TESTIGOS 

Mateo 5: 15; Hechos 2: 1-4; 17-2; Hebreos 9: 2; Apocalipsis 1: 20; 3: 7-13; 11: 3-12 

Esta escrito que “todo asunto se debe resolver mediante el testimonio de dos o tres testigos” y el asunto relacionado al Mesías de Israel, después de 2.000 años de la ascensión del Señor Jesucristo a los cielos no se ha resuelto; pues los judíos como nación, engañados por Satanás, siguen sin reconocer que él es el bendito que vino en el nombre del Señor. Entonces, mientras que ellos se mantengan en ese estado, el legítimo Mesías de Israel no podrá regresar. Podríamos decir que Satanás mantendrá su posición de acusador en los cielos hasta que el pueblo de Israel por aclamación le pida al Señor de los cielos que les envié de vuelta al Señor Jesucristo. 

Sabemos que ellos fueron endurecidos por causa de los gentiles ya que el pueblo de Israel solo será salvo una vez los gentiles hayan llegado a la plenitud de su madurez en Cristo ¿Y en qué tiempo será eso? Según apocalipsis 11: 3 Jesucristo enviara en el momento justo a dos testigos para que profeticen por un periodo de 1.260 días equivalentes a los 42 meses que durara la Gran Tribulación. Señalo que estos testigos no solo son escogidos sino que además son enviados, tal y como el Señor en el momento justo escogió a Bernabé y a Saulo y los envió por medio de sus hermanos a la obra misionera (Hch. 13: 1-3) 

Y no se podrá ser testigo a menos que al haber visto la comunión que el padre tiene con su Hijo Jesucristo se haya participado de la comunión que unos tienen con otros; porque es solo con esa unción que se recibe del cielo que ellos pueden estar dispuestos a ir para dar a conocer (aun a costa de sus propias vidas) el amor de Dios. ¿Y a dónde van? A la ciudad en donde siglos atrás la endurecida cúpula religiosa de Israel usando al gobernador Romano Poncio Pilatos dio muerte al Hijo de Dios. ¿Volverá a suceder? 

Si, volverá a suceder pero esta vez será como en el tiempo de Elías cuando el fuego descendió del cielo consumiendo el holocausto. Pero aquí el fuego será para llevar al pueblo al arrepentimiento reconociendo que Jesucristo es el Hijo de Dios y este testimonio se dará en medio de gran oposición, pues la bestia, el falso profeta y los que les siguen los querrán matar. Pero a ninguno de ellos les pasara nada hasta que hayan terminado de dar su testimonio. 

A la pregunta en relación a quienes serían estos dos testigos podemos decir que estos deben ser los que vieron y después de ello consagraron sus vidas a la causa de Señor. Y es como le pasó a Saulo, quien después de ver al Señor en toda su gloria ya no pudo ser el mimo hombre; porque la visión que es dada del cielo reunirá en Cristo a aquellos cuyos ojos han visto al Señor. Y sabemos que lo que Saulo vio estaba relacionado con aquellos que perseguía, pues el Señor le dijo Saulo, Saulo ¿por qué me persigues? Después de ello Saulo entendió y se convirtió llegando a ser el apóstol de los gentiles. 

Entonces, esta salvación que es por la sangre del cordero y no por la ley, le permite a las personas no solo a tener comunión con Dios y con su Hijo Jesucristo sino con sus hermanos en la fe. Para ellos es claro que la barrera de separación que había entre judíos y gentiles fue derribada en la cruz y ese es el testimonio que derrota a Satanás dejándolo sin palabras. Por otro lado Apocalipsis 11: 4 dice que estos testigos son los dos olivos, los dos candeleros que permanecen delante del Señor de la tierra; y permanecer significa que en ellos no se encuentra ninguna causa que los aparte del Señor. En el capítulo 1 el verso 20 de Apocalipsis dice que el misterio de los 7 candeleros son las 7 iglesias; y por ello podemos decir que el candelero es el 

objeto en el lugar santo que distingue a la iglesia. Con ello se nos revela que los testigos no son individuos sino iglesias. Siendo así, ¿cuáles serán las dos iglesias que estarán dando su testimonio en Jerusalén? 

De las iglesias gentiles de Asia solo la de Filadelfia que significa amor fraternal podría representar a Cristo pues es la única de las 7 que ha guardado su palabra y no ha negado su nombre. También está escrito que a esta iglesia el Señor le dará algunos de entre los que se dicen ser judíos y no lo son sino sinagoga de Satanás; los cuales se postraran a sus pies reconociendo que Jesús el Cristo los ha amado. Con ello podemos ver que estos judíos confiesan el nombre de Jesucristo reconociendo la necesidad de ser alimentados por los gentiles; porque al final de la era los gentiles tendrán comunión con un remanente de Israel que es sustentado por ellos. 

Por otro lado, el Señor Jesucristo se le presenta a la iglesia de Filadelfia como aquel que tiene la llave de David que abre y nadie puede cerrar, y cierra y nadie puede abrir y eso es porque David edifico un tabernáculo en donde puso el arca del testimonio permitiendo que tanto judíos como gentiles vinieran a adorar a Dios sin las barreras de la ley. Precisamente fue en Jerusalén donde los judíos se reunieron para discutir sobre lo que se les debía mandar hacer a los gentiles que eran sellados por el Espíritu Santo y después de una larga discusión fue Jacobo quien recordó las palabras del profeta que decían: »“Después de esto volveré, y reedificaré el caído tabernáculo de David; repararé sus ruinas y lo volveré a levantar, para que el resto de la humanidad busque al Señor, y también todas las naciones que invocan mi nombre.” Con esta profecía los judíos de Jerusalén entendieron que ni a ellos ni a los gentiles se les debía imponer la ley de Moisés pues eso sería una pared que los separaría de Cristo. Sin embargo ese muro está en medio de judíos y gentiles hasta el día de hoy pero llegara el día que ese muro caerá y será porque judíos y gentiles vienen juntos al Señor. 

Que el Señor levante su testimonio en medio de estos dos candeleros para que en su momento sean la luz del mundo y la sal de la tierra. 

Muro de los lamentos que se encuentra entre los judíos y la plazoleta del templo ocupada por gentiles no conversos.


Arcturo de Jesus
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Salmo 117

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