Apocalipsis del Señor en el Espíritu

Apocalipsis del Señor en el Espíritu

La Santidad de Dios, Manifestada en su Iglesia Gloriosa.


   Efesios 5:25-27   




De todos los atributos de Dios  podemos decir que son diferentes denominaciones de una sola
y simplísima esencia y perfección divina, su Santidad. No se debe olvidar que Dios es absolutamente perfecto porque posee todas las perfecciones posibles. Decimos que Dios es Santo porque El ama solamente el bien y aborrece todo lo malo. En las Sagradas Escrituras el atributo más elevado y el que más se repite en las alabanzas es su Santidad; “Santo, Santo, Santo, es el Señor de los Ejércitos; toda la tierra está llena de su Gloria”; Isaías 6:3; el libro del Apocalipsis también nos enseña “Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos, y no cesaban día y noche de decir: “Santo, Santo, Santo, es el Señor Dios todopoderoso, El que era, El que es, y El que ha de venir”; Apocalipsis 4:8; en la antigüedad Dios preparo algunos de sus verdaderos hijos a alabar su Santidad miremos lo que dice: 2 Crónicas 20:21; “Y habido consejo con el pueblo, puso algunos que cantaran al Señor y alabaran en la hermosura de la santidad, mientras que salía la gente armada, y digieran: Alabad al Señor, porque su misericordia es para siempre”
En Apocalipsis 15:4 dice: “Quien no te temerá; Oh Señor, y engrandecerá tu nombre? Porque tu solo eres Santo; por lo cual todos los gentiles vendrán y adoraran delante de ti, porque tus juicios se han manifestado”; que belleza de alabanza para la Gloria del Señor, solo El es infinitamente Santo e Inmutable.

En las Sagradas Escrituras muchas veces es llamado, El Santo y lo es porque en Él se halla la suma de todas las excelencias Espirituales y Divinas; El es pureza absoluta, sin la más leve sombra de pecado; “Dios es luz, y en El no hay ningunas tinieblas”; 1 Juan 1:5. Su Santidad es la misma excelencia de su Naturaleza Divina; El gran Dios es magnífico en Santidad; Éxodo 15:11 dice: “Quien como tú, ¿Oh Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnifico en Santidad, terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?

A esta Perfección Divina se le da un énfasis especial en la Biblia; se llama Santo a Dios más veces que Todopoderoso, y se presenta esta parte de su Dignidad más que ninguna otra. Esta cualidad, su Santidad, va como calificativo junto a su nombre más que ninguno otro; nunca se repite tres veces, su poderoso nombre, o su sabio nombre, o cualquiera otro de sus atributos, sino sobre todo se repite tres veces su Santo Nombre. Este es su mayor titulo de Honor, en su Santidad se resalta toda la majestad y grandeza de su nombre; esta perfección como ninguna otra, es celebrada y exaltada ante el Trono Siempre Eterno, por los cuatro seres vivientes, sus verdaderos vencedores, a través de toda la Historia Sagrada; Apocalipsis 4:8. Dios mismo destaca esta perfección; “Una vez he jurado por mi Santidad, y no mentiré a David”; Salmo 89:35; Dios jura por su Santidad porque esta es la expresión más plena de sí mismo; por ella nos exhorta: “Cantad al Señor, vosotros sus santos, y celebrad la memoria de su Santidad”; Salmo 30:4.

A menudo describimos a Dios, con una lista de cualidades o características a las que llamamos atributos, decimos que Dios es Espíritu, que Él lo sabe todo, que El es Amor, Justo, Misericordioso, que tiene Gracia, que es Bondadoso, Dios es imparcial, lo cual significa que no hace distinción de personas en el sentido de mostrar favoritismos; pero El si sabe quiénes son los hijos de Dios y quiénes son los hijos del Diablo; Dios es Omnipotente, lo cual significa que es Todopoderoso; El es Omnipresente, lo que significa que siempre está presente, en todas partes; Dios el Altísimo es Omnisciente, lo que significa que conoce el pasado, presente y futuro, conoce aun lo que estamos pensando en cualquier momento, puesto que lo conoce todo; El Señor es Soberano, significa que es Supremo, no se podrá impedir su Plan Divino, sus propósitos Eternos; El es Inmortal, Infinito; El es Luz Divina; El es la Verdad y muchos otro más atributos, tenemos la tendencia de agregar la Santidad a esta larga lista de atributos, como uno más; pero cuando la palabra Santo es aplicada a Dios, no significa un solo atributo, por el contrario, Dios es llamado Santo en toda su plenitud; la palabra Santo es usada como un sinónimo de su plenitud como el Altísimo.

Se debe recordar siempre que su Amor es Santo, que su Justicia es una justicia Santa, que su Misericordia es una misericordia Santa, que su Conocimiento es un conocimiento Santo, que su Espíritu es un Espíritu Santo. Los verdaderos hijos de Dios, sus verdaderos Testigos, la Compañía del Hijo Varón, el Glorioso Ejercito de Dios, deberíamos preocuparnos de forma especial, orando sin cesar, por su Santidad que en los Tiempos Finales se reflejara y se manifestara en su Iglesia Gloriosa; Efesios 5:27; donde el Señor, por medio de su Espíritu, se manifestara con poder, el mismo poder que se manifestó en Elías y Moisés; Apocalipsis 7:1-17;  11:1-13.

Nosotros estamos muy agradecidos con el Señor por su Gracia y su Misericordia, ya que nos saco de las tinieblas del pecado, en las que anduvimos durante muchos años, inmersos en la concupiscencia de la carne, esclavos de nuestro Yo, la vida del alma, (Las pasiones bajas que habitan en nuestras almas); ahora nuestro anhelo es andar en el Espíritu, iluminados por la Verdad, Cristo es la Verdad, comprendiendo con claridad diáfana que la lucha es entre el espíritu y la carne; el Apóstol Pablo lo dice Iluminado por el Espíritu Santo; “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis” Gálatas 5:16-17; El Apóstol Pablo también escribió a los Corintios: “Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el Reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción”; 1 Corintios 15:50; y nosotros sus Verdaderos Testigos anhelamos heredar el Reino, gracias al Espíritu, hemos comprendido, que el Señor debe Reinar primero en nuestros corazones y así andar en la Santidad del Espíritu; Jesús es nuestra Santidad, y El se debe formar en nosotros; Gálatas 4:19; para que El regrese a terminar con el Príncipe de este mundo, (La Bestia) inmerso en el caos del pecado que tiene sometido y esclavizado este mundo.

A nosotros no nos queda duda alguna que el Señor está restaurando Su Iglesia Gloriosa, que primero que todo es Santa, porque El es Santo, y El viene a tomarse a sí mismo; Juan 14:3; El está restaurando su Iglesia verdadera  en Colombia y el mundo entero, y en Santidad nuestra Misión Fundamental es levantarnos como un solo hombre, La Compañía del Hijo Varón, Elias-Moises, Sus Verdaderos Testigos y llenos del Espíritu Santo, predicar y proclamar, El Glorioso Evangelio del Reino; Mateo 24:14. No nos vamos a equivocar con esto de la santidad, el único verdaderamente Santo es el Señor; nosotros solo somos barro en sus manos, El es el Alfarero, por eso un gran erudito en las Sagradas Escrituras dijo: “El creernos santos es un acto de soberbia”; sin duda alguna el tenía razón.

Recordemos, que Jesús el Cristo, dijo: “Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿Qué bien hare para tener la vida eterna? Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Más si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No mataras. No adulteraras. No hurtaras. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amaras a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoros en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones”; Mateo 19:16-22; Marcos 10:18; Lucas 18:19.

De esta manera y en oración profunda podremos comprender enseñados por el Espíritu, que el Único Santo es quien vive dentro de nosotros El Cristo, por eso es que nosotros somos el verdadero Templo de Dios; “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?; 1 Corintios 3:16; miremos lo que dice también Pablo Iluminado por el Espíritu “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es Templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros”? 1 Corintios 6:19-20.

Nosotros tenemos que morir al YO, la vida del alma, gobernada por nuestras paciones bajas, y esto no lo podremos lograr solos, necesitamos estar llenos del Espíritu Santo para así llegar a ser sus verdaderos vencedores y claro esto es una obra sobrenatural; tenemos que ser Bautizados en el Fuego del Espíritu, como sucedió con Pablo camino a Damasco; Hechos 9:1-19; 22:6-16; 26:12-18. Hablemos claro necesitamos ser Iluminados por el Espíritu Santo, para llegar a ser sus Verdaderos Testigos; Apocalipsis 7:1-17; 11:1-13.

Como lo hemos estado manifestando, la Santidad del Señor es su máxima excelencia destacada por encima de sus otras perfecciones, es la Gloria de todas ellas, es cada una de las perfecciones de la Deidad; así como su poder es el vigor de sus otras perfecciones, su Santidad es la belleza de las mismas, de la manera que sin Omnipotencia todo seria débil, sin su Santidad todo seria desagradable, si esta fuera manchada, el resto perdería su Gloria. Esto sería como si el Sol perdiera su Luz; al instante perdería su calor, su poder sus virtudes generadoras de vida. Así como en los verdaderos Hijos de Dios la sinceridad es el brillo de todas las gracias, El Señor por medio del Espíritu nos ha manifestado que El lo que anhela de sus Hijos, es sinceridad, mentes y corazones limpios; la pureza en Dios es el resplandor de todos los Atributos de la Divinidad.

Como lo hemos compartido, su Justicia es Santa, su Sabiduría Santa, su brazo poderoso, Salmo 98:1; su verdad o su Palabra es una Santa Palabra; Salmo 105:42. Su nombre que representa todos sus Atributos juntos, es un Santo Nombre; Salmo 103:1; por lo tanto el viene por Su Iglesia Santa, que El está restaurando en Colombia y en el mundo entero que se levantara con poder el mismo poder que se manifestó en Elías y Moisés. Su Santidad es más importante que el conocimiento de la letra, (Interpretación humana de la letra, o sea la Teología) que es la única responsable del caos que estamos viviendo hoy en día, una secta o denominación en cada esquina; la Iglesia que fundó Jesucristo, la Iglesia de Dios es una sola.

La Santidad de Dios se manifiesta en sus obras. Nada que no sea excelente puede proceder de Él. La Santidad es su regla Divina de todas sus acciones. En el principio declaro todo lo que había hecho “Bueno en gran manera;” Génesis 1:31; lo cuan no hubiera podido hacer si hubiera habido algo imperfecto o impuro en El. No olvidemos que Jesús dijo: “Yo soy la Luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la Luz de la vida”; Juan 8:12.

El Señor creó al hombre recto; Eclesiastés 7:29; a imagen y semejanza de su creador. Así mismo los ángeles que se revelaron y cayeron fueron creados santos, las Sagradas Escrituras dicen: “Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, si, no que abandonaron su propia morada, los guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas para el juicio del gran día; Judas 6.
De Satanás está escrito en la Biblia lo siguiente: “Perfectos eras en todos tus caminos desde el día que fuisteis creado hasta que se hallo en ti maldad”; Ezequiel 28:15; aquí viene la gran pregunta, que tal vez no hemos comprendido con claridad; ¿de dónde salió la maldad si Dios es bueno? Cuando el Altísimo creo el árbol de la ciencia del bien y el mal; Génesis 2:9; ¿el tenía otra opción, no crear el árbol de la ciencia del mal, entonces que hubiera sucedido? No hubiera existido la rebelión, Luz Bell no se hubiera podido revelar, ya que no hubiera existido el libre albedrio, hubiéramos sido, Robots, Marionetas, Títeres, Esclavos del Rey, sin la capacidad de pensar y tomar decisiones, neutros. Pero su amor es tan grande e incomprensible que sabiendo de antemano que sería traicionado por Luz Bell, comenzando el conflicto de los siglos y que El tendría que hacerse hombre y derramar su preciosísima sangre por todos sus  Elegidos desde antes de la fundación del mundo, El sabia todo esto sin embargo tomo la decisión de seguir el Camino de la Cruz, que amor tan grande, incomprensible para la razón humana.

Según las Sagradas Escrituras lo primero que el Altísimo creo fue el cielo (O sea el Universo); Génesis 1:1; “En el principio creo Dios los cielos y la tierra”; esta claro lo primero que el Señor creo fue el Universo; y como la mayoría de los científicos lo han dicho, el Átomo es el primer paso en la creación; toda la vida está sujeta a la ley de la Alternancia, que es la ley de los contrarios, las dos fuerzas contrarias; el Átomo es la unidad básica y estructural de la materia, el átomo lo constituye un núcleo que en el centro contiene, protones y neutrones; los protones posen carga eléctrica positiva y los neutrones carecen de carga; al núcleo lo rodean electrones de carga negativa; sin estas fuerzas contrarias no existiría la vida, no existiría el movimiento. El conocimiento ha avanzado tanto, que esto es una profecía para los tiempos del fin; EL Profeta Daniel en el Antiguo Testamento dice: “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el Tiempo del Fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentara”. Daniel 12:4; los científicos dicen que en la ciencia Quántica han encontrado en las profundidades del Átomo nuevos descubrimientos que revolucionaran la tecnología hasta ahora conocida.

Sigamos meditando en la Santidad de Dios, manifestada en su Iglesia Gloriosa, que somos nosotros cuando comprendemos que Jesús el Cristo por medio de su Espíritu Santo, mora en cada uno de nosotros, piedras vivas de su Iglesia, su Iglesia verdadera está viva es orgánica y está siempre en movimiento, porque donde estamos nosotros, esta la Iglesia que fundó Jesús el Cristo, hace ya más de 2.000 años; y lo más grande y hermoso de todo es que de acuerdo a su Plan Divino; El, la está restaurando en estos tiempos finales que estamos viviendo, de acuerdo a su plan Divino; El Cristo colectivo manifestándose en cada uno de los miembros del Cuerpo; la Compañía del Hijo Varón, su Iglesia Gloriosa, su Iglesia Victoriosa, una Iglesia Santa, que se manifestara en esta época del fin, con poder, el mismo poder que se manifestó en Elías y Moisés; entonces llenos del Espíritu Santo, cumpliremos la Misión que El Señor tiene para nosotros sus Vencedores, sus Verdaderos Testigos, que es predicar y proclamar el Glorioso Evangelio del Reino; Mateo 24:14; Apocalipsis 7:1-17; 11:113.

La Santidad de Dios se manifiesta en su ley; y El Señor, encerró toda la Ley en el amor; “Amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a ti mismo”; Marcos 12:29-23; Gálatas 5:13-14; Santiago 2:8-9. La ley del amor prohíbe el pecado en todas sus formas. La Santidad de Dios se manifiesta en la Cruz; la expiación o redención es la suma de todos los sacrificios, hermosa, y a la vez solemne, por amor a sus Elegidos, quien el Padre Celestial le dio desde antes de la fundación del mundo, El Señor por amor derramo su preciosísima sangre para lavarnos de todos nuestros pecados, El es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, que hermosa su Santidad infinita y su odio al pecado.

La Santidad Divina jamás apareció más atractiva y hermosa que cuando la faz del Salvador estaba más desfigurada por los gemidos de la muerte. El mismo lo declara por medio de su Espíritu Santo en el Salmo 22.

El Señor odia todo pecado, porque El es Santo, pero ama al pecador arrepentido. El ama todo lo que es conforme a su Divina Voluntad, sus Leyes y aborrece todo lo que es contrario a las mismas. Su misma palabra lo expresa: “El perverso es abominado por el Señor”; Proverbios 3:32; y las Escrituras también nos enseñan: “Abominación al Señor los pensamientos del malo”; Proverbios 15:26. De todo esto se desprende que El, necesariamente a de castigar el pecado.

La época que estamos viviendo es la fase final del Apocalipsis y se debe estar muy atentos y alertas, como verdaderos Atalayas de Dios, todas las Profecías sobre los Tiempos del Fin, se están cumpliendo de una manera clara y contundente y una de ellas es la Apostasía que estamos viviendo en las “iglesias” fundadas por los hombres y manipuladas por sus soberbias; el Apóstol Pablo Iluminado por el Espíritu lo profetizo; “ Que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor esta cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición” 2 Tesalonicenses 2:2-3; esta profecía la estamos viviendo, se están levantado por todos lados falsas doctrinas que engañan a los incautos; una de ellas muy sutil dice, que Dios es amor y por lo tanto no puede condenar a nadie al infierno, algunos de estos apostatas (Hijos del Demonio) muy bien disfrazados, han llegado a decir, que Hitler esta en el paraíso, ya que el Señor en su misericordia no envía a nadie al infierno; absurdo estos Hijos del Demonio, tergiversan las Escrituras para su propia conveniencia. Y no olvidemos que de acuerdo al Plan de Dios, Satanás es el Príncipe de este mundo en tinieblas.

El pecado no puede escapar a su castigo porque Dios lo aborrece; además sin castigo no existiría la Justicia. El Altísimo perdona a los pecadores que se arrepienten con sinceridad; pero jamás perdona el pecado; el pecador solo puede ser perdonado a causa de que otro  ha llevado su castigo sobre sus hombros; las Escrituras nos enseñan lo siguiente “ Y casi todo es purificado, según la Ley, con sangre, y sin derramamiento de sangre no se hace remisión”; Hebreos 9:22; por eso se no enseña lo siguiente en la Biblia: “ Que el Señor es Dios celoso y vengador; El Señor es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos; Nahúm 1:2.
A causa de un pecado Dios desterró a nuestros primeros padres del Edén. Por un pecado toda la descendencia de Cam cayó bajo una maldición que todavía perdura. Moisés fue excluido de Canaán a causa de un pecado; y por un pecado el criado de Eliseo fue castigado con lepra y Ananías y Safira fueron ejecutados por el fuego divino por engañar al Espíritu Santo. Esto no es un juego, el Altísimo aborrece el pecado. En estos hechos tenemos pruebas de la inspiración divina de las Escrituras. El alma no regenerada no cree realmente en la Santidad de Dios, el concepto que de su carácter tienen es parcial. Esperan que su misericordia superara el castigo; pero la Escrituras dicen lo siguiente: “Estas cosas hiciste, y yo he callado; Pensabas que de cierto sería yo como tú; Pero te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos”; Salmo 50:21; esta es la acusación del Señor a los tales.  Estos apostatas de la Fe, manipuladores de las Sagradas Escrituras, piensan en un “dios” cortado y moldeado según el patrón de sus propios corazones carnales. De ahí su persistencia en sus doctrinas de error, que surgen solamente de sus intelectos llenos de  la soberbia del conocimiento de la letra; pura Teología, el resultado en estos aproximadamente 2.000 años de seudocristianismo es obvio, confusión total, una secta o denominación en cada esquina. La Santidad atribuida en las Sagradas Escrituras a la naturaleza y carácter divinos es tal, que demuestra claramente el origen sobrenatural de estas. El carácter atribuido a los “dioses” del paganismo antiguo y moderno es todo lo contrario de la pureza inmaculada que pertenece al verdadero Dios. Los descendientes caídos de Adán (La Simiente de la Serpiente), jamás hubieran podido idear un Dios de Santidad inerrable que aborrece totalmente todo pecado. En realidad, nada pone más de manifiesto la terrible depravación del corazón humano y su enemistad con el Dios viviente que la presencia del que es infinita e inmutable sabio y santo.

El “dios” de la inmensa mayoría que profesan ser cristianos de palabras y realmente no lo son verdaderamente, piensan que Dios es como un Anciano benevolente que todo lo acepta y perdona. Pero la palabra de Dios nos dice: “Aborrece a todos los que hacen iniquidad”; Salmo 5:5; también dicen las Sagradas Escrituras: “Dios esta airado todos los días contra el impío”; Salmo 7:11. Pero desafortunadamente la mayoría de los hombres se niegan a creer en el Dios verdadero y se molestan cuando se les habla fielmente como el verdadero Dios, odia el pecado. No, el hombre pecaminoso no podía imaginar un Dios Santo, como tampoco creer en el lago de fuego en el que serán atormentados para siempre. Por eso el Señor Jesús dijo: “Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos”; Mateo 20:16.

Porque Dios es Santo, es completamente imposible que acepte a las criaturas sobre la base de sus propias obras. Lo mejor que el hombre pecador puede presentar esta contaminado. Un árbol corrompido no puede producir buen fruto, si Dios considera justo y santo aquello que no lo es, se negaría a sí mismo y envilecería sus perfecciones; y no hay nada justo y santo si tiene la menor mancha contraria a la naturaleza divina de Dios. Pero bendito sea su nombre, porque lo que su Santidad exigió, lo proveyó su Gracia en Cristo Jesús, Señor nuestro, cada pobre pecador que se haya refugiado en El, es acepto en El amado; Efesios 1:6, dice: “Para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo acepto en el Amado”.


Porque Dios es Santo, debemos acercarnos a Él, con la máxima reverencia. “Dios terrible en la grande congregación de los santos y formidable sobre  todos cuantos están alrededor suyo”; Salmo 89:7; “Ensalzad al Señor nuestro Dios, e inclinaos al estrado de sus pies: El es Santo”; Salmo 99:5. Si, “Al estrado”, en la postura más humilde, postrados ante El. Cuando Moisés se acerca a la zarza ardiendo, Dios le dijo: “Quítate las sandalias de tus pies; Éxodo 3:5; Jesús, el Cristo también se postraba a sus pies, rostro en tierra; Mateo 26:39; Marcos 14:35.

A Él hay que servirle “Con temor”; Salmo 2:11. Al pueblo de Israel dijo: “En mis allegados me santificare, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado”; Levítico 10:3. Cuando mas temerosos nos sintamos ante su Santidad inefable, más aceptables seremos al acercarnos a Él.
Porque Dios es Santo, deberíamos desear, anhelar, querer, ser hechos conforme a Él. Su gran mandamiento es: “Sed Santos, porque Yo Soy Santo”; 1 Pedro 1:16, no se nos manda ser omnipotentes u omniscientes como Dios, sino Santos y eso “en toda conversación”; 1 Pedro 1:15; este es el mejor medio para agradarle.

No glorificamos a Dios tanto con nuestra admiración, ni con expresiones elocuentes, o servicio ostentoso, como con nuestra aspiración a conversar con Él, con espíritus y mentes limpias, y a vivir para El, viviendo como El vivió, ser uno con El.

Así pues, por cuanto solo Dios es la fuente y manantial de la santidad, busquemos la Santidad en El; que nuestra oración diaria sea que: “El Dios de paz nos santifique en todo; para que vuestro espíritu y alma y cuerpo sean guardados enteros sin reprensión para la venida de nuestro Señor Jesús el Cristo”; 1 Tesalonicenses 5:23.

Ahora vamos a ubicarnos en la época que estamos viviendo tiempos Apocalípticos, donde estamos viendo la Apostasía de las Iglesias por todas partes, donde solo se predica un evangelio leudado, el evangelio de la prosperidad, donde todo gira alrededor del dinero y del mundo material ; estos pastores asalariados se olvidaron del verdadero Evangelio de Jesucristo, que dice claramente así: “Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”; 1 Timoteo 6:10; estamos viendo de una manera clara y contundente el carácter de los hombres en los postreros días; tal cual lo profetizo el Apóstol Pablo en; 2 Timoteo 3:1-17.

0remos sin cesar para que sea el Señor quien nos santifique, con su presencia en nuestras vidas, y sea Él quien levante Su Iglesia Gloriosa; donde El  se manifestara en nosotros con poder; el mismo poder que se manifestó en Elías y Moisés; apocalipsis 7:1-17; 11:1-13. No olvidemos nunca que El vive y mora dentro de cada uno de nosotros sus Elegidos; Jesús el Cristo dice: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano, que en mi no lleva fruto, lo quitare; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiara, para que lleve mas fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y Yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mi, y Yo en el, este lleva mucho fruto; porque separados de mi nada podéis hacer”; Juan 15:1-5.

Le damos gracias al Señor, por su siervo, Armando Valdez, por el trabajo tan importante que está haciendo en su Blog “Evangelio según Jesucristo”; donde traduce y publica artículos de hombres verdaderamente consagrados al Señor. En este artículo hemos insertado parte de algunos de ellos, especialmente los escritos de Arthur W Pink, sobre la Santidad.

Maranatha

Arcturo de Jesús
Barranquilla Abril 4/12








                                         
                         

Salmo 117

Salmo 117